Ecuador. Tras 91 días de incertidumbre, angustia y dolor, los tres volvieron a casa. No como sus familiares, amigos y el país lo querían. Regresaron sus cuerpos, luego de que fueran asesinados hace más de dos meses en Tumaco, Colombia.

La mañana de este miércoles 27 de junio, familiares, amigos, autoridades, periodistas y más ciudadanos recibieron los féretros de Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra, del equipo de diario El Comercio. 

Desde tempranas horas, la comitiva acudió hasta el aeropuerto Mariscal Sucre a esperar el arribo del avión de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE), en el que se les trasladó desde Cali, Colombia.

Los tres fueron secuestrados el 26 de marzo en Mataje (noroeste de Ecuador), mientras realizaban una de las tantas coberturas periodísticas en la zona.

Fueron encontrados en fosas. Se logró dar con el sitio, con base en la información que diera un detenido.

Luego de la ceremonia de recibimiento, una caravana acompañó el cortejo fúnebre hasta el Memorial Necrópoli, donde se levantaron tres capillas ardientes. 

Allí sus familiares pudieron velarlos en privado y recibir los gestos de solidaridad de personajes como Jefferson Pérez, único doble medallista deportivo de Ecuador, y Carla Heredia, actual mejor ajedrecista ecuatoriana.

A media tarde, Paúl, Javier y Efraín regresaron a su segunda casa por 20, 8 y 16 años, respectivamente: las instalaciones de El Comercio, en el sur de la capital ecuatoriana. Sus amigos y compañeros decidieron rendirles un homenaje a su manera.

Para este jueves se tiene previsto continuar con la velación en la iglesia La Dolorosa, norte de Quito, con apertura para toda la ciudadanía. Finalmente, el viernes luego de una eucaristía será llevados a un campo santo para su despedida final.

Ricardo Rivas, hermano de Paúl, está convencido que aún falta cumplir los siguientes objetivos. "Que se transparente la verdad. La no impunidad y, sobre todo, que sea en función de esa pasión que ellos desarrollaron por el libre ejercicio. Ahora va por ellos".

Familiares, amigos, compañeros y autoridades llegaron a recibirlos en el aeropuerto mariscal sucre, de quito

no olvido, no impunidad, no repetición

Los familiares se lamentaron por la desconsideración e irrespeto por parte de las autoridades de Colombia y Ecuador. 

Desde el mismo día del secuestro, la mayoría de la información la conocieron a través de los medios de comunicación y redes sociales. Por ejemplo, de la noticia sobre la prueba de vida se enteraron por una publicación que hiciera un canal colombiano.

Los mismo ocurrió con la información de su asesinato. Solo tres días después fue confirmada por el presidente ecuatoriano, Lenin Moreno.

Igual pasó con el hallazgo de los cuerpos, cuando las autoridades de Colombia la difundieron primero por la cuentas institucionales en redes social. 

Para colmo, hicieron lo mismo, sobre los resultados de las pruebas de ADN, que fueron necesarias para confirmar la identidad de cada. Aquello generó la protesta de los familiares y fue respaldada por la Cancillería ecuatoriana.

Con la recuperación y retorno de los cuerpos de los tres periodistas se cierra una herida. Pero sobre el caso aún quedan muchas interrogantes. ¿Por qué los secuestraron y los asesinaron? ¿Hubo negligencia en las negociaciones para su liberación?...

Cristian Segarra, hijo de Efraín, insistió en el compromiso del Fiscal General de Colombia de que este triple crimen no quedará en la impunidad.

Con honores y cobijados por la bandera de Ecuador, los cuerpos de los tres periodistas fueron trasladados desde Cali a Quito.

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