Ecuador. A cada árbol de balsa ahora lo cuidan como un auténtico tesoro verde, porque ya no quedan muchos. Los indígenas shuar aprendieron a protegerlo, como una forma de ayudar contra la deforestación que arrasa con los bosques del sur de la Amazonía ecuatoriana.

José Antosh, indígena shuar de San Luis, entendió que, en vez de seguir talando, había que cuidar este tipo de árboles y otros que aún quedan en sus bosques. Él los encuentra solo en la ribera del Nayumin (que desemboca en el río Chuchumbletza y este a su vez alimenta al majestuoso Zamora).

Esos árboles de balsa nacen en este tipo de zonas, porque su semilla llegan hasta allí, al bajar con la corriente. Y crecen hasta que, a los dos años, están para utilizar como madera, solo en cuestiones necesarias como la construcción de balsas.

A punta de remo, avanzaron aguas abajo.

Esta vez, Antosh tuvo una muy buena razón. Se aproximaba el concurso de balsas tradicionales, como parte de los eventos por la II Feria Provincial de Turismo (FEPTURY 2018), en el cantón Yanzatza, y junto con sus sobrinos Juan y José decidieron participar este año. 

José utilizó para armar la embarcación tradicional, en la que sus sobrinos navegaron por el río Zamora aguas abajo, en competencia con otros siete equipos participantes.

El traje típico engalanó el concurso de balsas tradicionales que se realizó en el río Zamora. (Fotos: Jaime Plaza)

La mayoría de las 18 familias que viven en el barrio San Luis (a dos horas de Yantzaza) también lo usan como material para construir sus casas shuar. Lo complementan con maderas como chilca. "En esta época ya no corta mucho. La gente aprendió a cuidar la palma", lo dice José con cierta satisfacción.

Estas familias viven de cultivar la papa china, pelma (parecida a la palma y consumen los cormos y las hojas tiernas), maíz, caña, guineo, plátano y más.

Lo complementan con la pesca de languilla, blanco, corroncha y bagre. Claro que igual, concientes de no depredar, lo hacen con con anzuelo y máximo atarraya.


entre Senderos, cascadas y cuevas

Una aventura única en medio de su naturaleza amazónica es lo que ofrece el 'Valle de las Luciérnagas', como también se conoce a Yantzaza. Para eso, ofrece rutas como 'Los Guayacanes', con senderos por entre sus bosques, cascadas y piscinas naturales que se forma en sus caídas, cuevas y más formaciones extrañas.

En cada tramo que recorre, el visitante se cautiva con la naturaleza que le acoge. Hasta se ve atraído de darse un chapuzón bajo el chorro de agua, que cae en las cascadas 'La Luna', 'El Tobogán' y 'La Corazonada'.

El incesante golpetear de las aguas cristalinas del río, que desciende zigzageante, se vuelve un murmullo que acompaña al caminante que avanza por sus orillas.

La cascada 'El Tobogán' es uno de los lugares preferidos para darse un chapuzón en la ruta 'Los Guayacanes'.


.

Esto y más se encuentra a largo del Circuito de 'Los Guayacanes', que el Municipio de Yantzaza, con el apoyo de la Prefectura de Zamora Chinchipe, impulsa como propuesta turística para atraer visitantes locales, nacionales y extranjeros.

La ruta se inicia en el puerto turístico que se construye en la ribera occidental del río Zamora, en Yantzaza y termina con el recorrido por el sendero de 'Los Guayacanes'.



Lo que ofrece la ruta 'Los Guayacanes'
Paseo en lancha por el río Zamora.
Recorrido en ranchera o chiva hacia el sector El Salado, en la parroquia Chicaña.
Senderismo, rapel, chapuzón, espeleología... en la ruta 'Los Guayacanes'.


Este paseo se puede complementar con visitas a sectores como San Vicente de Caney, una comunidad de la nacionalidad Saraguro. Allí puede descubrir sus balcones y jardines floridos, artesanías, rituales, telares y elaboración de queso. Incluso cuenta con alojamiento.

Comunidades shuar como Nankais ofrece artesanía y gastronomía típica como caldo de gallina criolla y tilapia. Masuk Las Vegas presenta artesanía y danza shuar. El atractivo de San Luis y de Numbaime son sus artesanías y la cascada 'Tuna Shirma Nua'.


Para hospedarse, alimentarse y trasladarse
Yantzaza como destino de ecoturismo cuenta con las facilidades necesarias para hospedaje con sitios de alojamiento. Entre estos está el Hotel Alejandro, diagonal al Complejo Deportivo y a 50 metros de la Terminal Terrestre. 
Para alimentarse, el turista puede hacer en diversos restaurantes y de acuerdo con su presupuesto. Eso sí la recomendación infaltable es que degusten las ancas de rana, en sus diversas presentaciones como parte de la exótica gastronomía del lugar.
Para llegar a Zamora Chinchipe, se dispone de diferentes empresas de transporte interprovincial que parten desde las terminales de Quito, Guayaquil, Cuenca, Loja y otras ciudades.


Esta ruta la puede completar en un día, porque Yantzaza y Zamora Chinchipe, en sí, les tienen listos muchos más atractivos y sitios para admirar. Uno de ellos es el gran Valle del Nangaritza, pero esa ya es otra historia.

Es recomendable llevar ropa cómoda, además de zapatos adecuados para caminata, para avanzar por entre el zigzageante sendero en medio del bosque.

                                                                      *****